27 de septiembre de 2008

CONDUCTA IRRACIONAL

Para ser sincero, hace un par de días que no entraba al blog, por una circunstancia o por otra, y hoy que entro, es precisamente un día que no me gustaría escribir nada. Es de esos días que cojo para pensar. Sí...suelo pensar a veces. Y pensando todo el día llego a la siguiente pregunta: Qué es lo que hace al ser humano comportarse de una manera extraña en ocasiones? ¿Que resortes corren en nuestras cabezas para ser una persona normal hoy, entrañable, amigable...y cambiar por completo y volverse odioso al día siguiente?. Seguro que habría ríos de tinta que escribir sobre el tema, pero estoy seguro que el ser humano en si mismo a veces se comporta de manera irracional, y si pudiera saber la razón...pondría en marcha, si pudiera, los mecanismos encaminados a reparar esas situaciones que tanto nos marcan en la vida diaria.
Por todo lo dicho, que viene a ser lo mismo que si no hubiese dicho nada, me despido. Desear a todos una feliz tarde y buen fin de semana. Yo, por mi parte, creo que no lo tendré muy "boyante", pero se me pasará. Saludos.

P.D. Se me ha "perdido" la etiqueta de justificación del texto, así que tendrán que disculparme Si digo yo que...en fin, seguro que aparece un comentario de alguien despierto que me "echa" un cabo.

13 de septiembre de 2008

Realmente vale la pena



Pues ¿qué puedo contarles hoy?


Que realmente valió la pena la velada que pasamos mi "media naranja" y yo el día de nuestro aniversario. Fue todo tan entrañable, tan inusual, tan romántico, que no quiero dejar pasar más días sin ofrecerles unas "pinceladas" de todo ello. Espero no cansarlos.


Salimos a cenar a un lugar "indeterminado"...ya pensaríamos por el camino dónde ir. Nada más lejos de la realidad, pues yo quería llevarla a ese restaurante donde la llevé. Nada más llegar, salió a recibirnos el maitre, los dos lo conocíamos, pero fue todo un detalle que nos dedicara unos minutos en la entrada. Enseguida se ofreció a enseñarnos el comedor, donde al llegar nos dijo que se había tomado la libertad de prepararnos una mesa allí, en un rinconcito en la entrada. Y allí nos sentamos, claro está.


La mesa estaba decorada en una de sus esquinas con un corazón hecho con granos de café, granos cubiertos con unas hojas verdes y encima pétalos de rosas rojas...en su centro un platito de barro con una vela que encendieron al sentarnos...muy romántico.


La comida estuvo exquisita, como no podía ser de otra manera, el servicio, esmero y atención de todo el personal del restaurante a la altura de siempre, teniendo detalles inesperados muy gratos para los dos. El postre, una vez terminada la cena, exquisito, con una presentación sencilla pero a su vez elegante y acorde con la celebración.


Una vez terminado el postre, el maitre brindó con nosotros por este día tan especial con una copa de champán, aunque, dada la profesionalidad que siempre le ha caracterizado, nos comunicó que "se iría a la trastienda", pues no quedaba elegante beber mientras trabajaba. Desde aquí, gracias amigo Gregorio por el brindis.


Al abonar la cuenta, una última sorpresa...apareció otro camarero con un detalle para mi mujer, una planta muy bonita en un jarrón con un lazo rojo, y para mi un libro y un cd con canciones, algunas de ellas muy románticas. Todo un detallazo de este buen amigo y mejor profesional que a lo largo de los años ha sabido granjearse la amistad y estima de cuantos visitan el restaurante. Espero que mi pareja haya disfrutado tanto como yo de esta cena, simbolismo de 25 años de vida en común.


En fin, lo dicho, una velada inolvidable.
Hasta pronto...Saludos a todos.

10 de septiembre de 2008

A mi media naranja, con amor.

Hoy, día 10 de septiembre, no es un día cualquiera para mí, es el día que celebro 25 años de matrimonio, lo que todo el mundo llama "bodas de plata". Pues eso, que hoy tendremos que volver la vista atrás e ir poniendo todos estos años en una balanza, en el lado de las alegrías o en el lado de las adversidades.
Claramente la inclinación más visible será en el lado de las alegrías, pues yo soy alegre por naturaleza, y la verdad no tengo mucho por lo que quejarme.
Sabemos que en toda convivencia se van produciendo distintas etapas que, con el paso de los años, intentamos hacer lo más amenas posibles.
Parte importante, muy importante en mi vida en estos 25 años, ha sido y es mi esposa, mi mujer, mi pareja, mi compañera, mi media naranja, que ha sabido (o al menos lo ha intentado) llevar todo este tiempo con dignidad, con alegría, con amor, llevando las riendas de la situación en común (aunque haya habido ocasiones que me ha tomado ventaja).
Pues bien, estas letras, esta reflexión que lanzo al viento, se las dedico a ella con todo el amor que siempre le he tenido. Ella, al leer esto, dirá: "Pero si apenas me dice que me quiere"... Y es verdad, apenas se lo digo, tiene razón. Pero por eso, por llevar tantos años juntos, me he convertido en alguien que deja pasar los días uno tras otro, sin expresarle el amor que le tengo.
Cuando hacíamos comentarios sobre nuestra boda, sobre el matrimonio, antes de casarnos, me decía siempre que tendríamos muchos hijos, pero nació nuestra hija y con ella nos quedamos. Ha sido una buena hija, buena estudiante, alegre y encantadora, por lo que doy gracias a Dios. Mi mujer adora a su hija, como cualquier madre adora a sus hijos, y siempre busca para ella su mejor situación, intentando ayudarla a salir adelante con rectitud, supongo que como hacemos casi todos los padres, si no todos.
Como en cualquier convivencia entre una pareja, a veces hemos tenido nuestros más y nuestros menos, pero siempre intentando llevar a buen puerto cualquier situación tirante que se presentara. Ya dije antes que esto va dedicado a ella, a mi mujer, con todo mi afecto y amor.
Espero que de la misma manera que han pasado ya 25 años de nuestro matrimonio, Dios nos siga concediendo salud y bienestar para intentar continuar con otros 25. (Dios, ¿pero qué estoy diciendo...?)
Con todo mi amor y mi cariño para ella, le doy públicamente las gracias por su amor y su compañía. Y un beso enorme. TE QUIERO.

9 de septiembre de 2008

¿Quién es el que decide?

Para ser sincero, quería empezar a escribir algo determinado, pero ahora mismo no me encuentro con fuerzas para hacerlo, así que lo dejaré para más tarde.
Ahora sólo lanzaré al viento la pregunta que encabeza este escrito a modo de título...
¿Quién es el que decide? ¿Quién decide cuándo y de qué manera debemos dejar este mundo? Reconozco que soy católico, pues fui bautizado en una comunidad cristiana y católica, pero un acontecimiento inesperado en el día de ayer, me ha hecho hoy reflexionar y darle vueltas y más vueltas a esta pregunta durante la mayor parte del día...SIN ENCONTRAR RESPUESTA.
Todos los días y a todas horas hay gente que deja este mundo, ricos, pobres, felices, desdichados, mayores, no tan mayores...pero cuando una criatura inocente deja este mundo, así, sin más, sin ni siquiera una razón aparente como podría ser una enfermedad, por ejemplo, es cuando todos o casi todos nos hacemos esta pregunta...Quién es el que decide?
Uno de mis mejores amigos ha perdido a un ser querido, un sobrino de tan solo trece años de edad, empezando a vivir. A este amigo, a sus hermanos y familiares, querría enviarles desde aquí mi abrazo más emotivo, transmitirles toda mi fuerza, aunque bien sé que en el momento que escribo estas letras todos ellos deben estar pasando uno de los tragos más amargos en su vida.
El amigo del que les hablo dejó de trabajar hace unos meses en la empresa donde aún sigo yo. Recuerdo que muchísimas veces salíamos a comer algo juntos, y muchísimas veces su tema de conversación era su sobrino, al que estaba muy apegado. Hablaba de él siempre con alegría, me contaba que era "su hermano pequeño", que jugaba con él, que se divertía con sus ocurrencias. Uno a otro se llamaban cariñosamente, según me contaba, "popi" o "popito", y hasta nosotros llegamos a llamarnos así alguna veces.
En un par de horas estaré de nuevo con mi amigo, le daré mi abrazo más cariñoso, igual que a sus hermanos, pero no tendré fuerzas para decirle: "Hola, popito".
A todos ellos, mi abrazo, mi mano tendida, y mis palabras de aliento para decirles que, aunque con tristeza por la pérdida de un ser querido, la vida sigue. Es triste, pero es así, la vida sigue, y confío en que superen este momento. Con todo mi afecto...

2 de septiembre de 2008

Se me acaban las vacaciones


Tengo que decir que el título es de lo más cierto, se me acaban las vacaciones, y por más que intento estirar un poco más los días que me restan, no hay manera, el tiempo no se detiene en su caminar con paso firme. Pero no crean que estoy triste, NO.


Debo ser de esas pocas personas de esta sociedad que nos ha tocado vivir, que anhela volver al trabajo, no soy yo de los que padecen del tan manido "síndrome postvacacional", tan en boga hoy día, disfruto con mi trabajo, aunque coja mis cabreos algunas veces...conmigo mismo por ser como soy...con los clientes que se ponen "pesaditos" con algún problema...con mi empresa cuando no estoy de acuerdo en alguna determinación de las que toma...pero, ¿qué le vamos a hacer? Soy un asalariado por cuenta ajena y tiene uno que aguantar todo lo que le venga...o casi.


Bien es cierto que ya hace un par de días que he encendido el tfno móvil y recibo muchas llamadas, de clientes, de compañeros de trabajo, de las empresas españolas con las que trabajamos, y procuro atender todas y cada una de ellas, tomándome el tiempo que haga falta, por eso digo que anhelo volver al trabajo.


Si tenemos en cuenta que, además del viaje que hice al extranjero con mi esposa ( de aquí en adelante "mi mujer", pues no le gusta nada eso de esposa), mi hermana y su marido, he ido algunas veces a darme un baño (con agua de mar, me refiero), la verdad es que el tiempo que hemos encontrado no ha sido nada bueno. Otras veces, algunas salidas a tomar algo, unas cervezas, un platito de jamón, unas lapas...ratitos estos que son los que verdaderamente agradezco en mi ya simple existencia, pues según dicen, el que se parece más a mi padre (q.e.p.d) soy yo, por eso de meterme en cualquier "guachinche" y degustar algo de lo que buenamente ofrecen.


No explico el significado de esta palabra, "guachinche", pues los que me lean lo saben perfectamente, y lo digo con todo el cariño del mundo, me encantan esos lugares, sobre todo citaré uno, que no es propiamente guachinche, ni tasca, ni restaurante, según entiendo yo esos términos, y es el "dos y una", un lugar acogedor donde me tratan muy bien y donde se come aún mejor, y sin rascar demasiado al bolsillo. Que conste que no hago publicidad del lugar...nada más lejos de mi intención, pero es verdad, es un lugar muy acogedor.


Pues eso, que creo que me estoy desviando del tema con el que empecé, que se me terminan las vacaciones. Ya he empezado a ahorrar un poquito, poco, pues la crisis viene para casi todos, y empezaré a pensar en las vacaciones del año que viene, si llegamos allá, claro.


Mientras, seguiremos como hasta ahora, trabajo, trabajo y más trabajo, algo de descanso, salidas con mi mujer o con algún amigo a tomar algo, etc, todo sea por hacer más llevadero el tránsito hasta las próximas vacaciones. Que no es poco. Saludos a todos.