9 de septiembre de 2008

¿Quién es el que decide?

Para ser sincero, quería empezar a escribir algo determinado, pero ahora mismo no me encuentro con fuerzas para hacerlo, así que lo dejaré para más tarde.
Ahora sólo lanzaré al viento la pregunta que encabeza este escrito a modo de título...
¿Quién es el que decide? ¿Quién decide cuándo y de qué manera debemos dejar este mundo? Reconozco que soy católico, pues fui bautizado en una comunidad cristiana y católica, pero un acontecimiento inesperado en el día de ayer, me ha hecho hoy reflexionar y darle vueltas y más vueltas a esta pregunta durante la mayor parte del día...SIN ENCONTRAR RESPUESTA.
Todos los días y a todas horas hay gente que deja este mundo, ricos, pobres, felices, desdichados, mayores, no tan mayores...pero cuando una criatura inocente deja este mundo, así, sin más, sin ni siquiera una razón aparente como podría ser una enfermedad, por ejemplo, es cuando todos o casi todos nos hacemos esta pregunta...Quién es el que decide?
Uno de mis mejores amigos ha perdido a un ser querido, un sobrino de tan solo trece años de edad, empezando a vivir. A este amigo, a sus hermanos y familiares, querría enviarles desde aquí mi abrazo más emotivo, transmitirles toda mi fuerza, aunque bien sé que en el momento que escribo estas letras todos ellos deben estar pasando uno de los tragos más amargos en su vida.
El amigo del que les hablo dejó de trabajar hace unos meses en la empresa donde aún sigo yo. Recuerdo que muchísimas veces salíamos a comer algo juntos, y muchísimas veces su tema de conversación era su sobrino, al que estaba muy apegado. Hablaba de él siempre con alegría, me contaba que era "su hermano pequeño", que jugaba con él, que se divertía con sus ocurrencias. Uno a otro se llamaban cariñosamente, según me contaba, "popi" o "popito", y hasta nosotros llegamos a llamarnos así alguna veces.
En un par de horas estaré de nuevo con mi amigo, le daré mi abrazo más cariñoso, igual que a sus hermanos, pero no tendré fuerzas para decirle: "Hola, popito".
A todos ellos, mi abrazo, mi mano tendida, y mis palabras de aliento para decirles que, aunque con tristeza por la pérdida de un ser querido, la vida sigue. Es triste, pero es así, la vida sigue, y confío en que superen este momento. Con todo mi afecto...

2 comentarios:

Ligia dijo...

Es muy duro pasar por un trago de esos, no quiero ni imaginármelo. Va contra-natura que los hijos se vayan antes que los padres, y aunque en este caso hablas del tío, el dolor debe ser común. Es muy bonito lo que has escrito, yo creo que debes dejar que tu amigo lo lea, seguro que se emociona como lo he hecho yo. Un abrazote muy grande para ti que sé que también lo pasas mal.

Cristina dijo...

Bonito...muy bonitas tus palabras de aliento y amor.
Son momentos inimaginablementes de dolor. Y nosotros, amigos, compañeros o confidentes, que buscamos dentro de nosotros una palabra, una mirada o un gesto que le pueda dar aliento...y no encontramos; nos hundimos en la impotencia de no poder hacer nada.
En el día de ayer, hubieron momentos en los que por un instante pensé que esto solo era un mal sueño y que acabaría. Cuando volvía a la realidad era aún todo más horroroso de dolor.
En cuestiones tan trágicas todos nos sentimos tocados de alguna manera y si conocemos directamente a alguien de la familia, el dolor es aún más grande.
Ahora sólo nos queda rezar por ellos para que puedan continuar adelante.
Un beso y un abrazo muy grande.