Pues ¿qué puedo contarles hoy?
Que realmente valió la pena la velada que pasamos mi "media naranja" y yo el día de nuestro aniversario. Fue todo tan entrañable, tan inusual, tan romántico, que no quiero dejar pasar más días sin ofrecerles unas "pinceladas" de todo ello. Espero no cansarlos.
Salimos a cenar a un lugar "indeterminado"...ya pensaríamos por el camino dónde ir. Nada más lejos de la realidad, pues yo quería llevarla a ese restaurante donde la llevé. Nada más llegar, salió a recibirnos el maitre, los dos lo conocíamos, pero fue todo un detalle que nos dedicara unos minutos en la entrada. Enseguida se ofreció a enseñarnos el comedor, donde al llegar nos dijo que se había tomado la libertad de prepararnos una mesa allí, en un rinconcito en la entrada. Y allí nos sentamos, claro está.
La mesa estaba decorada en una de sus esquinas con un corazón hecho con granos de café, granos cubiertos con unas hojas verdes y encima pétalos de rosas rojas...en su centro un platito de barro con una vela que encendieron al sentarnos...muy romántico.
La comida estuvo exquisita, como no podía ser de otra manera, el servicio, esmero y atención de todo el personal del restaurante a la altura de siempre, teniendo detalles inesperados muy gratos para los dos. El postre, una vez terminada la cena, exquisito, con una presentación sencilla pero a su vez elegante y acorde con la celebración.
Una vez terminado el postre, el maitre brindó con nosotros por este día tan especial con una copa de champán, aunque, dada la profesionalidad que siempre le ha caracterizado, nos comunicó que "se iría a la trastienda", pues no quedaba elegante beber mientras trabajaba. Desde aquí, gracias amigo Gregorio por el brindis.
Al abonar la cuenta, una última sorpresa...apareció otro camarero con un detalle para mi mujer, una planta muy bonita en un jarrón con un lazo rojo, y para mi un libro y un cd con canciones, algunas de ellas muy románticas. Todo un detallazo de este buen amigo y mejor profesional que a lo largo de los años ha sabido granjearse la amistad y estima de cuantos visitan el restaurante. Espero que mi pareja haya disfrutado tanto como yo de esta cena, simbolismo de 25 años de vida en común.
En fin, lo dicho, una velada inolvidable.
Hasta pronto...Saludos a todos.
Hasta pronto...Saludos a todos.
4 comentarios:
¡Qué maravilla!! Me imagino que la comida exquisita y que se sentirían importantes en un sitio así, pero como dice tu media naranja: "Tú naciste para sibarita"
Claro que vale la pena rascarse uno el bolsillo aunque sea cada veinticinco años. Y el detalle de las veinticinco rosas rojas... ainss, que me derrito. Muchos besos a los dos y a disfrutar.
Es lo que me dice siempre un buen amigo mio, la buena vida es cara, la hay mas.... bueno me parece que ya te lo sabes.Je je un abrazo AMIGUTO. AH¡¡ MUCHACHO COMO ESTA SI... NO NO, LA BARRIGA NO, LAS...
Espero que el "disfrute" no te impida seguir escribiendo... Besitos
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