8 de diciembre de 2009

ODISEA EN VERDE (final)

Siento, después de tanto tiempo, que existe una obra inacabada, como los pintores o escultores cuando hacen sus trabajos y en un momento determinado dejan su obra a medias. Así me siento yo, pero soy persona de recursos, y en un plis plas la obra se verá terminada.
Al final, la odisea de nuestro personaje del cuento terminó. Todo salió tal y como había deseado la D.G.T. : el hombre tuvo que hacer un curso de sensibilización ( que no sé muy bien para qué sirve), aprobarlo, y recuperar esos ansiados puntos que le habían arrebatado de manera tan alevosa. Seguro que algo de sonrisa habrá recuperado después de todo esto. Y claro está, algo habrá aprendido también, que en las "odiseas en verde" siempre anda metido algún personaje vestido con uniforme verde, de esos que nos encontramos tan a menudo en nuestras carreteras, sobre todo cuando hay que recaudar fondos, que es casi siempre, pues yo pienso que aproximadamente más del 50 % de su tiempo de trabajo lo dedican a multar, pura y exclusivamente. En otra época me hubiese dolido decir esto, pero no ahora. Al fin y al cabo, no es más que un cuento, un cuento que apenas nadie habrá leído, un cuento que de ser real, diría bastante poco de algunos "personajillos" que suelen lucir el verde en sus uniformes.
En fin...año nuevo, vida nueva. Esperemos que este año siga existiendo al menos el mismo hábito por la escritura, aunque tal y como he empezado el año...

24 de septiembre de 2009

A TRAVÉS DE LOS MOMENTOS DIFÍCILES...

Recientemente ha llegado a mis manos, en forma de un regalo que me han hecho, un escrito en forma de reflexión. Un escrito cuyo título encabeza este post y que paso a mostrar porque sinceramente me ha encantado. Dice asi:
En ocasiones nos sobrecogen los obstáculos que surgen en la vida,
y preguntamos..."¿Por qué a mí?"
Y con frecuencia, cuando las respuestas se nos escapan,
pensamos que las tribulaciones que estamos sufriendo son injustas y severas.
Pero las respuestas existen...
Las respuestas existen aunque tal vez no podamos reconocerlas.
En este mundo estamos todos conectados y existe un motivo para todo lo que pasa.
Debemos mantenernos fuertes ante las adversidades y enfrentar los desafíos día tras día.
Y mientras el tiempo sana nuestras heridas de cuerpo y alma,
tal vez lleguemos a comprender el significado de nuestras tribulaciones
o a reconocer el bien que de ellas se desprendió.
Podemos enorgullecernos al reconocer que las superamos,
y que salimos de la experiencia más fuertes que antes.
Ahora tú estás pasando por un momento difícil en tu vida.
Acepta que ha ocurrido, y recuerda que las cosas se pondrán mejor.

La autora de estas palabras es Judith Mammay, escritora, profesora retirada, según he podido enterarme. Y aquí me despido. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

6 de septiembre de 2009

ODISEA EN VERDE...(continuación)

Los 600 euros de multa le dolieron, claro está; los 4 puntos que le quitaban...no sabía él cuánto iba a echarlos de menos; pero un mes sin poder conducir era lo más grave. Tanto más, cuanto que su trabajo consistía en el reparto de mercancía a sus clientes.
Se sentía desolado, algo hundido, triste, e intentó sobrellevarlo lo mejor que pudo, aunque comprenderán que no era fácil para él. Se enteró que podía ir a las oficinas de Tráfico y fragmentar los días que debía estar sin el carnet de conducir. Y eso hizo.
Con las "posibles soluciones" que allí le ofrecieron, decidió que el mes de sus vacaciones, partido en dos quincenas, sería el más idóneo para no conducir. No había solución más interesante para él.
Pero como ya dije en mi anterior post, hay veces que un hombre cae en la desesperación más absoluta, tanto, que se cae de espaldas y se rompe la nariz. Y eso fue precisamente lo que le ocurrió a nuestro personaje.
Quedaban ya pocos días para sus vacaciones cuando, una tarde, se dirigía a su casa. Conducía tranquilo su vehículo de trabajo, atento al tráfico, las dos manos en el volante, pensando lo poco que quedaba para sus vacaciones de verano, cuando de repente se le cruza delante un coche verde con 3 agentes en su interior y lo mandan a parar en el arcén de la autopista. Y eso hizo. Sí, claro, ¿quién si no? Han acertado...sí...la mismísima Guardia Civil de Tráfico. El primero que se dirigió a él le dijo que iba a multarlo por hablar por el teléfono móvil. Nuestro hombre miró al asiento que tenía a su lado, con cara de asombro, donde siempre tenía su teléfono cargando, esta vez apagado pues se había quedado sin batería. Intentó en vano una y otra vez convencer al policía de que se equivocaba, de que su teléfono estaba apagado, sin batería; de que tenía bluetooth en su coche y por tanto sería cosa de tontos ir hablando con un móvil en la oreja y además apagado y sin batería, cosa que le demostró enseñándole su teléfono completamente apagado. Pero no obtuvo respuesta por parte del agente. Éste se dirigió de nuevo al coche con la documentación para expedir la denuncia. En ese momento se le acerca otro de los agentes y nuestro hombre le comenta de nuevo todo lo anterior mostrándole el teléfono apagado. Y cuál no sería su asombro cuando este agente le dice: -La verdad es que yo no le he visto hablando con su móvil, pero mi compañero dice que si, y él es el jefe. Imagináos la situación y la cara de rabia que se le quedaría al personaje del cuento. ¿Resultado? 150 euros y 3 puntos menos por...simplemente conducir. La cruda realidad...
Así que todo el tiempo de sus vacaciones estuvo "molestando" a su esposa para que lo llevase donde necesitaba: A hacer algunas compras, al médico, a cortarse el pelo, etc, etc. Por supuesto que algunos días se acercaron a darse un refrescante baño a una playa cercana a su casa. En todo ese tiempo la moral se le iba "minando" poco a poco. ¿Qué le estaba sucediendo? ¿Por qué siempre le tocaba a él " bailar con la más fea"?
Una vez hecho el recuento de puntos que le habían quitado, se da cuenta que su crédito se encuentra a 0, motivo suficiente para perder la autorización administrativa para conducir. Ahora le tocará hacer un curso que llaman de "sensibilización vial", por supuesto después de abonar casi 400 euros por el mismo. Y eso hizo. Se dirigió a la Asociación provincial de autoescuelas y, después de entregar toda la documentación que le fue requerida, quedó anotado para hacer dicho curso, después de que le informaran que antes de hacer ese curso debía esperar como mínimo 3 meses y hacerlo después. La odisea se le alargaba...

Continuará...

2 de septiembre de 2009

ODISEA EN VERDE

Pues va a tener razón mi hermana cuando dice que tres meses son demasiados. Así que hoy voy a contarles una historia.
Iba un hombre conduciendo su vehículo por la carretera, cuando de repente suena su teléfono móvil. El hombre pensó dejarlo sonar, pues iba conduciendo, pero como esperaba una llamada importante, miró por los espejos retrovisores y no vió policía alguno, así que decidió contestar la llamada. Pero tardó más en coger su teléfono y acercarlo a su oreja que en aparecer un motorista de la guardia civil que le mandó a parar. Lo demás se lo imaginarán, multa al canto y 3 puntos menos.
Al día siguiente fue a pagar la sanción religiosamente, pues sabía que lo que había hecho estaba mal. Y cuando salió de las oficinas de Tráfico, se dirigió a una tienda a comprarse un bluetooth, que colocaría en su vehículo y nunca más se vería en otra situación como esa. Y eso hizo.
A los quince días iba este hombre de nuevo con su vehículo, y, parado en un semáforo, esperando al color verde, tomó el móvil en su mano y pensó: ¡Qué contento estoy de haber puesto el bluetooth en el coche...! Y, aunque les parezca mentira, en ese momento vio junto a la puerta de su vehículo un uniforme de color verde, con un agente en su interior, montado en su motocicleta que le miró muy serio y le hizo una seña con su mano para que aparcase un poco más adelante una vez se pusiera el semáforo en verde. Y eso hizo.
Al ver acercarse al agente, este hombre pensaba que eso no podía estar pasándole a él. Después de algunas preguntas y respuestas, de promesas por parte del personaje de esta historia de que él no estaba hablando con nadie, ni leía o ponía mensaje alguno en su teléfono, se vio con otra denuncia en sus manos en la que podía leerse: Motivo de la denuncia..."Circular haciendo un uso manual del dispositivo móvil". No le valió para nada jurarle al agente que él no hablaba por teléfono, que él no circulaba, (pues estaba parado en un semáforo). Nada. A media mañana y con un gran pesar, va este hombre a pagar la multa y comprueba que le quitan otros 3 puntos. No puede ser, se decía. Presentaré un escrito de alegaciones, cosa que hizo, pero aún hoy espera la respuesta. En fín, ¿qué le vamos a hacer? Hay que guardar la calma. Y eso hizo.
Resulta que, para continuar con esta historia, pasado un mes del último suceso acaecido, invitan a nuestro personaje a una bodega, en la noche de San Andrés, de gran arraigo, pues es cuando se prueban los vinos y caldos de todos los bodegueros. Y va este hombre, a las once de la noche, como quien dice, a cumplir con aquellos que le habían invitado.
Al llegar, y después de los saludos pertinentes, le invitan a un buen vaso de vino, que él rehúsa con muchísima educación diciendo: mañana tengo que trabajar, lo agradezco igual que si me lo hubiera bebido, pero no, tengo que conducir. Pero acto seguido, y después de comer algo de carne, cometió la torpeza de aceptar un botellín de cerveza. Pasaría algo más de una hora , aún llegaban algunos invitados a la bodega con sus guitarras, ya había tomado su segundo botellín de cerveza cuando dijo: Señores, espero que lo pasen muy bien, pero debo irme, que disfruten la noche. Y se dirigió a su coche con la idea de irse a dormir a su casa. Y eso hizo.
Pero todos saben que cuando un hombre está "en desgracia", se cae de espaldas y se rompe la nariz, así que habiendo rodado unos pocos kilómetros con su vehículo y justo antes de tomar la autopista, ve unos reflejos azules, la noche era clara, y pensó: No puede ser...esos reflejos...algo me dice que, pero bueno, si yo he comido bastante y solo me he tomado dos cervezas, DOS, nada, continúo mi camino tranquilo, pero...
De repente, se topa con una hilera de cuatro vehículos de la benemérita, y uno de los agentes, muy amable él, le dice: Buenas noches, estamos haciendo controles de alcoholemia...¿ha bebido usted? Muy amablemente le respondió enumerándole todo lo que había bebido y comido esa noche: 2 pedazos de morcilla, 3 ó 4 salchichas y chistorras a la brasa, algo más de dos chuletas asadas, varios pedazos de carne de pavo asada, castañas asadas, todo ello salpicado con DOS míseros botellines de cerveza, así que accedió "gustosamente" a hacerse la prueba del alcohol.
¿Será posible? En la primera se refleja: 0'36 ( el límite está a 0'25). El agente le dice: Espere unos minutos que enseguida le llamaré para una segunda prueba. Y eso hizo.
Los minutos se le hicieron interminables, hasta que al fín vio dirigirse hacia él al policía uniformado. Vamos con la segunda...0'34.
Es difícil de entender, pero después de lo que había comido y con sólo DOS botellines de cerveza, la maquinita acusaba 0'34. Denuncia al canto: 600 euros, un mes sin carnet de conducir y 4 puntos menos. ¿Quién puede creérselo? Pues sí.

Continuará...

16 de mayo de 2009

A MI HERMANA LIGIA, CON CARIÑO

Unas pocas líneas pienso escribir,
no me voy a extender tanto,
y dedicárselas a mi hermana Ligia,
de la que admiro su encanto.
La admiro por su constancia,
sencillez y buen hacer,
y espero que en este día,
ella me pueda leer.
Estas líneas le dedico
con mi mejor intención,
y no espero que con ello,
se le ablande el corazón.
La razón es bien sencilla,
y muy fácil de entender,
ese corazón tan noble,
ya no más puede crecer.
Espero que en este día,
soleado y agradable,
haya comido bien,
y en compañía amigable.
Y casi ya sin quererlo,
como es de agradecer,
un fuerte beso le mando,
que lo ha de merecer.
Que ¿por qué la felicito?
pronto lo van a saber,
celebra su cumpleaños...
unos pocos en su haber.
Y ahora que ya termino.
le dejo una coletilla,
le deseo que mejore
de su pie y de su rodilla.

1 de mayo de 2009

FELICIDADES

Quisiera hoy dedicar estas líneas a una persona especial, Gustavo, pues hoy es su cumpleaños. Para ser sincero con todos he de decir que soy un desastre para recordar fechas de cumpleaños, por eso, al entrar en el blog de su madre, o sea, mi hermana, me he dado cuenta que efectivamente hoy era su cumpleaños. Tanta memoria para unas cosas, y para otras soy un desastre. Pero dice el refrán que... "más vale tarde que nunca", así que, esperando me sea concedido tu perdón, Gustavo, por no estar más atento a las fechas, te quiero enviar desde aquí mi felicitación más cariñosa. Te diré que no te des prisa, no; de ninguna manera podrás alcanzarme. En este día soleado, te envío de golpe muchos recuerdos que tengo de tu niñez, recuerdos de cuando te cambiaba algún pañal, cuando tonteaba contigo para que dijeras papá y mamá, cuando daba paseos contigo llevándote en mis brazos, cuando corría tras de tí al empezar a dar tus primeros pasitos, cuando te llevaba a mi lado a hacer algún "mandado" para tu "abu". Muchos, muchos recuerdos afloran ahora a mi mente, el verte crecer, sano y fuerte, listo, juicioso, siempre tan encantador, adorable con la familia que te rodeaba. Si, un muchacho fascinante para tu época, estudioso. Y van pasando los años, y hoy podríamos decir de nuevo todos esos adjetivos sin temor a equivocarnos. Pero claro, has crecido, ley de vida. con tu música, tus ideas, tus sentires, tus desafíos, tus alientos y desalientos.

Si, Gustavo, te envío desde aquí, el más apretado de mis abrazos, y como siempre, decirte que me tienes siempre que me necesites. Muchísimas FELICIDADES.

25 de marzo de 2009

Gracias

Hoy, 25 de marzo de 2009, tal como me dijo mi hija esta mañana, he llegado a la mayoría de edad. Desde aquí quiero dar las gracias a los que me han felicitado por mi 50 cumpleaños. Sí, he llegado a la mayoría de edad. Con ganas, ilusión y sonrisas, pues la vida para mi sin una sonrisa no tiene razón de ser. Mi media naranja y mi hija me tenían preparado al llegar del trabajo unos regalitos y una tarta de cumpleaños. Nos hicimos las fotos de rigor, como siempre, para "perpetuar" este día. Quiero agradecerles a las dos desde aquí su cariño hacia mi, que es recíproco. Espero que Dios me siga dando salud para poder seguir pasando el tiempo que me vaya quedando, que espero sea muchíííííííííííííííísimo. No es mucho lo que le pido a la vida, desde luego, simplemente eso, un poco de salud, trabajo, ganas de vivir y tiempo para poder ir a tomarnos un vinito de vez en cuando. Con eso me conformo. Por supuesto, sobra decir que salud también para toda mi familia. A todos, gracias de nuevo.

15 de febrero de 2009


La verdad que eso del "Día de San Valentin" está muy bien. Esta sociedad nos enseña a celebrarlo por todo lo alto. Y si no nos enseña, al menos nos incita, creo yo. O incita a mucha gente. En lo que a mi respecta, la verdad es que siempre lo había celebrado con mi "media naranja", en una visita a un restaurante cualquiera y degustando una cena cualquiera. Pero claro, este año, con esto de la crisis, el ingenio se agudiza, y nos hemos quedado en casa. Le dije que yo prepararía la cena. Y eso hice. Me fuí por la mañana al mercado y compré algunas cosas de las que yo llamo "de picoteo", un poco de lomo, jamón, queso, etc. Y haciendo uso de mi gusto por la cocina, me dispuse a preparar la cena de San Valentin. Varios platos en plan picoteo, como ya dije, una botella de buen vino blanco canario, "Suertes del marqués", y no es que le haga aquí propaganda, pero así se llamaba el vino. Acompaño una foto donde no sé si se aprecia los platos que degustamos, pero sí puedo decirles que salió más barato que una cena en un restaurante cualquiera. Hasta colocamos una vela, para que fuese más romántico. Y claro...después de la cena...una copa, no piensen mal. Y después un rato de charla. Y ¿qué puedo decir? No salió mal del todo. Hoy estuve media mañana durmiendo, y descansando mientras dormía, que también lo necesitaba. En la tarde hemos visto dos peliculas, "Australia", con Nicole Kidman y Hugh Jackman y "Siete almas", de Will Smith. La verdad es que las dos me encantaron. Y como el día se acaba, pues ahora a la cama, que mañana empieza otra nueva semana. Saludos a todos.

31 de enero de 2009

Cita con la cultura.


En estas dos últimas semanas he tenido la oportunidad de visitar de nuevo el Teatro Leal, y realmente he disfrutado con las actos que han tenido lugar allí. La semana pasada asistí con mi "media naranja" y un matrimonio amigo a la actuación del grupo palmero Los Troveros de Asieta, con cuya música disfrutamos todos y cada uno de los que aquella noche nos dimos cita allí. En una fusión encantadora con el público asistente fueron desgranando una buena parte de su repertorio, en el que presentaban su nuevo trabajo discográfico "Aquí en la isla".

Troveros se presenta como grupo en diciembre del año 1991 en La Palma. Con anterioridad a este disco han concebido cuatro trabajos discográficos, "Tradicional" (1994), "Vamos a hacerlo bueno" (1997), "Siempre sonriendo" (2001) y "Bailando con Lecuona" (2004), que se presentan en concierto por las Islas Canarias, Madrid, Barcelona, Andalucía, Cuba y Francia. Troveros recoge la herencia de aquellos viajes de ida y vuelta entre Canarias y Cuba e incorporan los patrones rítmicos cubanos olvidados en los mismos, siempre presentes en su repertorio. Desde el año 2000 y de forma ininterrumpida, el grupo cuenta con su propio festival, que organiza anualmente por Navidad en la isla de La Palma, que ha contado con los artistas y grupos más relevantes del panorama musical canario.

En éste su último trabajo, "Aquí en la isla", retoman su esencia más contundente y rítmica en 12 temas ejecutados de forma brillante por sus ocho músicos, con la colaboración de Marco del Castillo, guitarra, y Jonathan Cruz al piano. Desde aquí mi felicitación a Francis Concepción, Pedro Brito, Fran Martín "Ciani", José Humberto Martín, Jairo Cabrera, Carlos Perdomo, Julio González y Roberto González, pues en cada una de sus actuaciones ponen toda el alma y nos hacen disfrutar. Si tienen oportunidad, no dejen de asistir a alguna de sus representaciones.

Y ayer, de nuevo, asistimos a la puesta en escena de una obra teatral, El perro del hortelano, de Lope de Vega, por 2Rc Compañía de repertorio. Comedia cortesana de enredo amoroso, en la que Diana, Condesa de Belflor, se enamora de su secretario, Teodoro, quien a su vez está prometido con Marcela, dama al servicio de la Condesa. A Diana le corroe la envidia cuando conoce las relaciones amorosas de sus subordinados y movida por celos y despechos de amor, intenta separar a los enamorados, sin dejar vislumbrar claramente su deseo de ser satisfecha por Teodoro. A su vez, Teodoro se siente atraído por la posibilidad de escalar en su estátus social si consigue el favor de la condesa, a pesar de que su pasión está en Marcela. Ésta, desairada por los continuos desplantes de Teodoro, decide darle celos a éste con el mayordomo de la casa, personaje que solo sirve para las burlas de la corte. Todo se convierte en un enredo donde nadie hace ni deja hacer, sobre todo Diana. De ahí el dicho o conocido refrán, "el perro ni come ni deja comer".

Lope de Vega, maestro de maestros, es el autor que más cercanamente llegó a escribir para el gran público. Todo el teatro de Lope supuso una rebeldía frente a las normas cultas o eruditas de la escena.

La duración de la obra fue de aproximadamente 2 horas, en las que el público disfrutó con el buen hacer de los actores de la compañía. Mi enhorabuena también para todos ellos.

Espero que este mes de febrero que ya comienza, traiga por el Teatro Leal nuevas actuaciones musicales o alguna obra de teatro para que podamos disfrutar de la música, de la cultura, pues no podemos ni debemos dejar escapar la oportunidad de visitar nuestro Teatro, siempre que podamos, claro está. Inmersos en la crisis en la que nos encontramos, es de agradecer el esfuerzo que hacen para traer actuaciones importantes y de calidad, y a un precio bastante asequible para los bolsillos.

Para hacer un mes o más que no escribía en el blog, creo que he cumplido hoy dándoles la pequeña información que aquí he plasmado. Saludos a todos y hasta la próxima.